Todo puede parecer muy improbable sin embargo, no existe absolutamente nada imposible. Qué jodío ¿no?

 

Suspendí filosofía.

Y prácticamente todas las materias comunes, idiomas incluidos.

El haber suspendido la materia filosófica no fue nunca un factor determinante para hacerme así. [y en “así”, podemos incluir cualquier cosa, cualquier palabra que se apresure a tu mente]

Comienzo este blog sin grandes fines, uno de esos blogs que no servirán para nada, ni en el presente, ni en un futuro. Sin ninguna intención, sin objetivos.

 

Sé lo que no es: no es un blog de ayuda, ni terapéutico, ni solidario. Es mi blog de filosofía.

Desconozco el motivo o la manera por la cual llegaste hasta aquí, pero, gracias por haber venido.


Un saludo.

No sé cual es la finalidad de este blog.

No sé qué espero de él.

Tal vez esconderme.

Tal vez.

 

Otra cosa...  si crees que    

ESTO NO ES FILOSOFÍA

posiblemente estés en lo cierto.

 

BAJO ESTAS PIEDRAS

Crotal Nº 107

Mi foto
Dicen que la Kabra tira p'al monte... ¿pa dónde tiras tú?



¿cuándo muere un libro?


Hoy me ha dado por pensar que un libro es como una mariposa. 
Desde que se fragua en la mente del autor, hasta que queda plasmado en la retina del, a veces ocasional, lector. 
Huevo, larva, pupa y adulto. 

Los libros, supongo, son como las mariposas, muchas veces bellas, otras un tanto desgarbadas y asperas, como aquellas que crean la seda, pero todas ellas sirven para algo, aunque solo sea para recrear la vista en un momento puntual de nuestra existencia. 

El huevo seria la imagen del autor, donde crea poco a poco en su mente la realidad de su historia. 
La larva, el boceto primero. 
La pupa el libro acabado. 
El adulto lo que esa lectura influye en el lector. 
En este momento concreto, el adulto pone mas huevos; o no, todo depende de su suerte, quizá caiga muerta y de nada haya servido su existencia. quizá consiga propagarse a través de su influencia, dentro del lector. 

Un libro es un ser vivo que intenta reproducirse en la mente de otro ser vivo, dejando parte de sus conocimientos dentro de el. 

 

 

a vueltas con la hipocresía.

Hablemos de hipocresía. 

A la hipocresía se la entiende como el discurso o conducta explicita o implícita en el que se dice o se actúa de modo incongruente con lo que se piensa o se desea hacer.  

No se nace hipócrita, se hace uno mismo con ayuda, a partir del sistema de recompensas y castigos que usa la enseñanza (bajo el pretexto de la gratificación) para aprender conductas socialmente aceptadas. Desde ese momento crucial de la vida (hasta la muerte) es un muestrario de aprendizajes de conductas hipócritas que permiten vivir "mejor" con los otros. 

A esto hay quien lo llama diplomacia. 
La imbécil de mi cuñada, p.j.


Voy a hacer una distinción entre hipocresía y mentira, puesto que puede llevar a confusión lo uno con lo otro: 

la mentira es un artificio intelectual y afectivo que se expresa por vía oral, y su única intención es engañar al otro/s con argumentos convincentes para favorecer la situación propia. 
Es decir, que en la mentira hay una expresa y consciente falsificación de la verdad, ya sea para ocultar un hecho o bien para deformarlo. 

En la hipocresía, no existe en principio esta intención, sino que lo que se oculta, exagera o deforma, son contenidos de la realidad objetiva interna, mientras en la mentira hay una alteración del orden de los hechos externos, en la hipocresía hay una alteración de los estados afectivos que vive el actor de la conducta hipócrita. 

Total, que resumiendo: un acto hipócrita es "mentir" hacia adentro y hacia afuera. Al Yo y hacia los Otros. 
El sí mismo se construye y sostiene sobre la base de mentiras sistemáticas y coherentes. 

Y a partir de aquí... que diox, el que sea, el tuyo o el mío, si existe me coja confesada.

¿vienes, vas, o te quedas?

“lo importante no es donde estoy, sino de donde vengo" 

Creo que me define bastante bien a todos los niveles. 
Sé que es una frase peligrosa, y que cada uno cuenta la fiesta conforme le fue el baile, por eso no me ha extrañado nada de nada que un amigo, y digo amigo, me haya replicado con lo siguiente: 

Lo importante no es de donde vienes, si no hacia donde vas. 


Justamente lo contrario a mi concepción de la vida. Tócate los huevos.

Porque yo sé, o al menos creo, que soy pasado, soy todo lo que llevo detrás, gracias a ello, soy mis errores actuales, mis manías y mis neuras, mis ratos de risa y mis miedos, y poco me importa hacia adonde voy si no puedo afianzarme en lo que ya conozco. 

Recuerdo una frase, que si bien no sé aplicarme siempre, me gustó muchísimo el día que casualmente la encontré, era esta: 

"no temo al futuro, porque conozco el pasado y vivo en el presente" 

Por eso creo que no importa "donde" esté a día de hoy, sino que lo realmente importante es de "donde" vengo. 
Talvez no sea el mejor sitio, pero sé como he llegado hasta "aquí" 

por otro lado, ¿hacia "adonde" voy? ¿Es importante? talvez sí, pero si no sé de "donde" vengo, es imposible saber "que camino coger". 



Qué es realmente lo importante ¿de donde vienes? o ¿a donde vas?


 

el peso de las palabras

Dijo paúl Lafitte, que un tonto pobre, siempre será tonto, y que un tonto rico siempre será rico 

Y sin darle la razón a esta sentencia reconozco que es la realidad tal y como la conocemos y utilizamos verbalmente desde tiempos... puuuuuf... vamos, que yo, ni estaba.  
Realmente la frase podría tener un par mas o tres de vueltas, hasta cambiarle el significado completamente, pero no. 
Eligiendo entre tonto y pobre, pesa mas el tonto, del mismo modo, el rico, pesa en todos lados. 

Ha venido a mi memoria rápidamente aquello del tanto tienes tanto vales, son aquellas frases que han estado siempre ahí, creciendo con nosotros, con nuestra cultura, y minándonos las tripas. 

¿Hasta que punto nos afectan socialmente hablando? 
¿Hasta que punto somos conscientes inconscientes, de nuestros prejuicios? 
¿Son las palabras indicios de lo que el pecho esconde, como afirmo Juan de torres? 


paradojas y esas cosas



La verdad absoluta no existe y esto es absolutamente cierto.


alguien en posesion de la verdad?  



gente que inspira


Con el permiso filosófico de los grandes pensadores, y dejándome la filosofía de libro, para quien la comprenda, me aventuro yo sola por los inescrutables caminos de la duda.

Gente que inspira:
Miedo. 
Ternura. 
Desconfianza. 
Odio. 

Me parece arto curioso como una persona, puede inspirarte este tipo de sentimientos. 
Si quisiera explicar el motivo, o donde se esconde la razón, no sabría, no sé, hacerlo. 

Sé que una persona me gusta o no me gusta, me inspira ternura o no, me da miedo, o asco, o me dan ganas (y esto es literal) de matarla. 
Pero normalmente desconozco el porque. 
No sé cual es el motivo. 
Qué tipo de resorte hace que automáticamente mi inconsciente la catalogue como "apta" o "no apta". 
¿Las feromonas? no, ese sería tema de ciencia.  

Un niño me suele inspirar ternura, un perro también, incluso algún adulto, los menos por cierto, pero también. 
¿Qué lazo une a ese niño con el adulto? ¿Cual es el perfil común que a mi me hace sentir lo mismo? 
O miedo, un ternero grande, una persona que grita y se descontrola, alguien que ya me ha herido antes. 
Si, miedo por mi integridad física, aquello de que olemos el peligro, y nos sabemos en desventaja. Pero entre la persona que grita y la que ya me ha herido ¿que unión hay? 
Tres cuartas de lo mismo con la desconfianza. 
Conoces a alguien y su algo te dice "al loro, guapa, que este no es de fiar" 

................ 

El tema que me ronda la cabeza es porque y cual es el motivo. 

Puedo encontrar explicación a algún detalle suelto, pero no... 

¿Donde se encuentra la forma que dice "si" o "no"? ¿En mi mente? ¿Aquello del sexto sentido? ¿En los recuerdos almacenados en mi inconsciente? ¿En las noticias de las cinco? 

La gente me inspira cosas, y no sé en que parte de mí nacen... 


hoy puede ser un gran día, duro con él...

Esas cosas.

 

La virginidad la perdí una sola vez, aunque sé de casos que lo hicieron en varias ocasiones, sobra decir que yo soy muy clásica, que me aferro a la rotura del himen en exclusividad y, que las verdades y realidades aleatorias no me han cuadrado jamás demasiado.

El móvil lo he perdido un par de veces. Dos.

La cabeza, tres; todas ellas con nombre de varón. Por supuesto.

Puestos a perder cuartetos, cuatro han sido las veces que este mes perdí las llaves.

Y cinco la compostura por ello.

Creo que fueron seis las veces que “perdí la oportunidad”

Siete veces perdí la vergüenza.

Es mentira.

Nunca tuve.

Pero la única verdad es que fueron ocho los días que perdí  en encontrarlo.

Y nueve los años en olvidar.

Diez veces habré perdido la memoria –léase selectiva-

Y once las vidas que no aproveché.

 

………………………

 

 

Todo esto viene a la “revuelta universitaria” de hoy en Barcelona capital.

Esas “perdidas” son las mías en los últimos veinte años, el recuerdo lacónico de lo que fue o dejó de ser.

 

Desconozco real y concretamente los motivos por los cuales han ido desalojados a, prácticamente ostia limpia, no sé demasiado bien porque las sillas volaban a la cabeza de la  guardia. Ni lo sé, ni me interesa. Eso para mañana.

Este es uno de esos momentos en los cuales poco importa que la minoría se subleve, máxime si la minoría que se subleva es la que va a levantar este cacho de tierra mal estructurada que el gobierno se empeña en llamar país a secas, en lugar de añadirle alguna cosilla delante como cachondeo de, o ya directamente, mierda.

 

Mi generación fue una de las últimas en lanzarse a la calle a dar voces, a hacer huelgas, a luchar. Durante los últimos veinte años la juventud a dormitado dejándose llevar a donde fuera con tal de no mover un dedo.

Nosotros también éramos una puta minoría, los rebeldes y revolucionarios nunca estuvimos bien vistos por la macro sociedad, global y correcta.

 

Borregos.

 

Pude haber elegido ser la oveja negra, no hubiera estado mal, pero aún así, elegí ser la kabra.

Aún puedo escribir LIVERTAD.*

 

Hay que joderse.

 

 *jamás me obligareis a escribirlo con b.


dejaré de escribir

Se consumen entre vida,

las sonrisas,

el alma, las ganas y el pan.

 

Versos monotemáticos, frases impuras.

Escasa diferencia entre el bien y mal.

 

DEJARÉ  de escribir cuando deje de amarte,

cuando cielo e infierno se unan al fin.

DEJARÉ de soñarte cuando la última risa

despunte en tus labios.

Cuando el último verso sea impropio de mí.

 

Dejaré de escribir

si despiertas mi odio,

si matas mis ganas.

El día que al verte,

mi alma se torne más sucia, más gris.                                                  

 

 

                                NO si te amo.

                                NO si te lloro.

 

Mientras me duelas escribiré para ti.

 

 

DEJARÉ de escribir

el día que sueñe que has vuelto,

que vea que es mentira,

que cierre los ojos

y me vuelva a dormir.

 

Cuando el dolor que produce tu amor

exhale un suspiro,

 y olvide mi alma el camino

que conduce a ti.


me apetecía colgar este poema.
es viejo, pero siempre anda vigente.



niños...



Tienes menos luces que una patera.

Frase que le ha dicho a mi hija su MEJOR amigo.

14 y 12 tacos respectivamente.

El cojón del niño lo que me ha hecho reír.

Manifiesto deprimente

Voy a meter una queja huera, tanto o más que las palabras de algunos.

A la mierda.

-Déjame contarte OSCURO  qué sólo me lees que tú, [tanto me he escondido que ya no me encuentra ni mi padre…]-

 

¿Sabes? Llevo años pululando por Internet; mi viaje comenzó en una página web que ya no existe, allí conocí gente, se formaron vínculos con alguna de ella, con otras no. Más tarde, cuando aquello terminó, nos alojamos en otro rincón, por ahí andan los restos de lo que queda, conocí más gente, perdí el rastro de otra…

 

Cuando me harté de discutir con todo de tipo de gente y con todas las jerarquías posibles, me hice mi blog, el otro, y cuando me harté de mi blog, me hice este.

-cuando me canse de mí me pegaré un tiro-

Desde que tengo blogs me da por huronear en los blogs de los demás y así, de incógnito, miras y ves, lees y relees.

Y flipas.

 

En la primera página que te comentaba conocí a una persona, un chico con el que hice una amistad grande, o por lo menos lo pareció durante un tiempo. Luego ya se vio que no, pero para entonces yo ya me había pillado los deditos por su culpa. Es igual, que lo jodan. La última discusión que tuvimos y por la cual ya jamás volvió a dirigirme la palabra fue precisamente por lo mismo que hoy me quejo.

 

En todo este tiempo en el cual yo he ido volando por la red de redes, me he ido encontrando ¿gentuza? que siempre tiene una buena palabra, una señal de asombro, un golpe en la mesa y ciento cincuenta mil soluciones para las innumerables injusticias que día sí, día también, vemos, oímos o nos son infringidas en este perro mundo.

 

No sé si te habrás fijado en que la web está llena, llenita, repleta de gente solidaria que siempre juzga y acusa desde detrás de su PC.

Y que te llega el momento de necesitar ayuda en la puta calle, y debe ser, que todos están detrás de su PC arreglando el mundo, por que a uno no le ampara ni diox.

 

Cuidado, que la gente buena y la gente solidaria existe y de eso también soy plenamente consciente, a lo que me refiero es que te encuentras tantas palabras bellas, de gente tan buena, de TANTA gente TAN buena, que hasta parece imposible que haya bandoleros en la calle.

 

Yo es que alucino con la puta hipocresía.

Sobre pareceres y milongas.


Decía mi padre que me iba a llevar de ostias por esta lengua que tengo…

No se desencaminó demasiado, por eso debe de ser que la experiencia es un grado; por eso o quizá por otra cosa, pero a mí de momento no se me ocurre ninguna otra, demos por buena, entonces, la sentencia de la edad.

 

Hace años que esta lengua mía, dispara sin preguntar si es el momento adecuado, si el tiro va bien dirigido, ni tan siquiera si la carga pesa lo convenido y estipulado por la corrección política de esta nuestra marchita y borreguil sociedad. Así que ella, la lengua inoportuna y muchas veces malsonante, qué, como miembro se agarra a mi garganta y como arma se agarra a lo que sea, usa y abusa de su particular derecho a decir lo que le da la real gana. Convirtiéndose aún más y si cabe, en una impresentable de órdago.

[que se jodan]

 

Cierto es, que tener la susodicha ligera de cascos, desvergonzada y traviesa, la mayoría de las veces ha sido más una ventaja que un desconsuelo. Aunque también es verdad qué [razón que llevaba mi viejo] ha sido literal alguna vez, y mis morros se hayan visto cubiertos de eso que los entendidos no dudan en llamar hemofilia, sangre para los profanos, y pupa para los demás.

 

Si a la pequeña y malcarada compañera de viaje, le añadimos un genio pronto y mal templado, hábil de reflejos y consagradamente impío, lo que obtenemos es una pequeña –o quizá no tanto- bomba de relojería, dispuesta a todo, con tal de no callar ni ahogada en un charco.

 

Esa es mi lengua y ese es mi genio.

Librepensadores por antonomasia, rebeldes y soslayos.

 

El viernes pasado confiada en las tesituras y tendencias de ambos dos, en la capacidad que poseen para defenderse solas y en la prontitud de respuesta, tanto verbal como emocional de la que gozan, aquí la menda bajó las armas, divirtiéndose con una linterna, mirando la polilla de los maderos y las antiguas, pero aún existentes goteras, escuchando con un oído vano y el otro en la inopia, y con ello, perdiendo el detalle de donde, cuando, como y porqué, la señora aquella dijo “no”.

 

Gracias a la facilidad y a mi absurda confianza, acompañada de mi entusiasmo al comprobar que la idea que tenía sobre lo que me iba a encontrar allí era muy superable a mis primeras ilusiones, tanto la lengua como los reflejos se vieron abocados al más absurdo de los fracasos.

 

Y heme aquí, rebobinando mentalmente para encontrar el momento aquel en el cual, Teresita me dijo que NO me vendía la casa, intentando encontrar el momento en el que cambia de opinión y el motivo.

 

Joder, y será posible que no lo hayo.

 

Vuelvo a recomenzar el paseo por la casa de mis sueños, con la vendedora mentalmente de la mano, buscando el minuto en el cual voy y la cago.

 

Seré animal.

 

reflexionando

Supongo que la filosofía es un estado de ánimo.

Como la felicidad, como el olvido.

 

A veces me enturbia el alma el preguntarme según qué cosas y ya no quiero ni pensar lo que sus respuestas pueden hacer en mí.

Este blog existe porque he huido de mi anterior alojamiento, quizá porque entre otros motivos el tener que verme reflejada en él prácticamente a diario no fue tan buena idea como creí en un principio.

Porque tal vez el dar su dirección a mis conocidos y amigos, tampoco lo fue.

 

Me sucede como a OSCURO, que necesito vapulear las almas y las conciencias, principalmente las mías, aunque sepa que eso, no siempre es bueno del todo.

Y de la misma manera, deseo hacerlo desde el anonimato, sin embargo, he de reconocer que este intento es más por mí que por quien lee, en pleno ataque egocéntrico y todo eso.

 

Mi blog es de momento algo indefinido, aún no tengo demasiado claro que he de hacer con él, presupongo y espero que conforme vayan pasando los días, él mismo, a través de mis emociones y sentimientos vaya creando su propia forma y definición.

 

Quisiera tener 20 respuestas por entrada, saber que alguien lee y que se implica.

Recuerdo a aquella maestra que decía que si explicas algo y el receptor no lo entiende, la culpa no es, si no tuya.

Todos deberíamos poseer la capacidad de saber explicar para ser entendidos, aceptando el nivel de comprensión de la persona que escucha, dirigirle las palabras adecuadas, los ejemplos correctos.

Pero no sólo no siempre es así, si no que normalmente es todo lo contrario.

 

Ya sé que esto no es del todo una reflexión demasiado concreta y que me voy de aquí a allí, pasando por los cerros de Úbeda con una facilidad absoluta.

 

Lamento mi distorsión y sus consecuencias.


¡Coño! Una arruga ¿UNA ARRUGA?

Creo que me estoy haciendo vieja, que me digan que la edad es un estado mental ya ha dejado de convencerme: esa pata de gallo que se empecina en estirarse para darle una mano a aquella cana, cada día me cae peor.

 

No debería ser así, es mía, debería contemplarla y mimarla, decirle cuanto me alegra su llegada.

Y una mierda.

Ese dolorcillo de huesos que de vez en cuando me incomoda… comienza a hacerse persistente y antipático.

A las quejas que proclamo verbalmente, que me respondan: chica no eres TAN vieja, no me halaga, al contrario, ese TAN, me suena a recochineo.

Y es cierto, no soy vieja, pero estoy empezando a dejar de ser TAN joven.

 

Que se me olviden las cosas no es un síntoma, eso ya me pasaba hace diez años, con quince años menos (es que el cálculo así, juega  a mi favor) (es la única ventaja de la edad, qué aprendes de cosas…) (aunque se te olviden después por eso de la edad)

(Qué círculo más idiota)

 

Me hago mayor sí, pero mi madre sigue llamándome niña.

Chochea.

Mi hermano también me llama así.

Pero ese es imbecil y tampoco vale.

Mi hija me llama mamá, que es adecuado, el problema es cuando detrás del mamá añade algo del tipo “que te pesa el culo”.

Porque llega un momento que el anuncio de fonvella cobra vida propia y se esparce por toda la casa: no pesan los años, pesan los kilos.

Qué cojones, pesa toooooodo.

Los años, los kilos, las caries, el culo, sobre todo el culo y los párpados.

 

Y no, no me gusta esa arruguita, por traidora, que ha llegado así como quien no quiere la cosa y se ha afincado en mi cara sin preguntarme si era bienvenida, con además, ni puta intención de marcharse.