las ventajas de ser pobre

Soy pobre y, además ya estaba en crisis antes de que zapatero dijera uyuyuy.

No conozco personalmente al señor presidente del gobierno, ni al de este nuestro país, ni a ningún otro.

Soy apolítica y no voy a votar jamás en las elecciones. No elijo ni dirijo, más que en mi asquerosillo y ridículo mundo que se limita a mi espacio, mi casa y mis hijos.

Soy una de las muchas hijas bastardas de la crisis actual, reconocida, eso sí, por Don Zapatero, pero bastarda al fin y al cabo.

 

Soy pobre, repito, y muy posiblemente sea hasta insidiosamente chusca.

 

Ser pobre no ha limitado jamás mis movimientos ni mis ganas.

Este mes mismamente, me he mudado varias veces de casa, a casas grandes y bonitas, saliendo de esta mierda de morada que llaman vivienda y setecientos y algo al mes.

 

Me he mudado rápido eso sí, ha sido llegar, hacer cálculos y volverme a la jodida realidad, pero la ventaja de ser pobre es precisamente esa, que soñar, no cuesta dinero, y te vas y te vienes por donde te da la realísima gana, sin dar más explicaciones, ni a Don ese, ni a Don nadie.

 

¿qué no llego a fin de mes? Coño, ni yo, ni la mayoría. ¿qué he de hacer? ¿llorar? Eso no es que sirva de gran cosa, así que no, guardaremos las lágrimas para ocasiones más necesarias, como pudiera ser pillarse los deditos con la puerta del armario.

 

Soy pobre, sí, y visto lo visto, esto no va a cambiar en los próximos meses, ya era así antes de, con lo cual, antes de llegar el verano ya me habré ido de vacaciones varias veces, no importa el destino, mientras pasas la fregona por el piso y sin detergente en el agua porque no llega, una se puede ir a mil sitios, con un tío estupendo que además mañana te cambias y no pasa nada y al que le pones  bañador o bufanda dependiendo de a donde te lo has de llevar.

 

Posiblemente, pero sólo posiblemente, debería de dejar de jugar a los SIMS, que es lo que hizo Zapa con nosotros.

Peazo cabrón.